
Aunque no es claro el origen de la palabra, la moneda llamada
macuquina, de factura burda y forma irregular, fue producida durante más de dos siglos por varias de las cecas españolas de América, tanto en plata como en oro. Muchas llevan por una cara la cruz de Jerusalén, por lo que también dieron en llamarla
moneda de cruz. Su forma, en muchos casos definida por varios cortes rectos, hizo que también se la conociera como
moneda recortada. Igualmente se la llamó
moneda de martillo por su método de fabricación. En la foto una moneda macuquina de 8 reales de 1768 de la ceca de Potosí.
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