miércoles, 14 de mayo de 2008

Asilo de locos

Una medallita de plata, con un diámetro de 23.5 mm y peso de 6.0 gr, con rastros en el canto de una argolla para colgar, comprada en el remate de Alexander Montaña del 10 de mayo pasado. Puro antojo, por una pieza curiosa que ni siquiera sé si es colombiana.

Una búsqueda rápida en Google mostró que el nombre Hospital San José abunda en Colombia. Tres muy antiguos son los de Popayán (1711), Buga (1891) y Bogotá (1902). Cualquiera de ellos llenaría el requisito del año 1905 que aparece en la medalla. Otro cantar es lo del Asilo de locos, pues, al menos en Google, no hallé indicios de que alguna de estas instituciones estuvo alguna vez dedicada al tratamiento de esos pobres desdichados. En cuanto a las cuadrillas de ciclistas, aunque abrigo la firme convicción de que muchos de los ciclistas y motociclistas que corren por nuestras calles están locos de atar, tampoco vi razón para consignar el hecho en una medalla. No obstante, poco a poco fue tomando cuerpo otra teoría.

Según la revista Credencial Historia (enero 2005), los primeros velocípedos que llegaron a Bogotá a comienzos de la última década del siglo XIX, «provocaron más fastidio que intenciones deportivas. En abril de 1894 un diario de la capital informa que un velocipedista bastante chambón se metió por un embaldosado, asustó a señoras respetables y recibió varios coscorrones de sus indignados maridos "que es de lamentar no hayan sido más fuertes". No obstante en 1899, para celebrar las fiestas patrias del 20 de julio se programaron en el Hipódromo de la Gran Sabana, y en el Velódromo Central carreras de ciclismo por cuadrillas, que se realizaron con total éxito, no obstante el nerviosismo que reinaba en la ciudad por los rumores persistentes sobre una guerra civil», que de hecho estalló en octubre ese mismo año.

En 1902, recien concluida la Guerra de los mil días, un grupo de diez prestigiosos galenos reunidos en el Club de Médicos constituyeron la Sociedad de Cirugía de Bogotá – Hospital San José. Para entonces la fiebre de las bicicletas había invadido las altas esferas de la sociedad capitalina y no habría sido extraño que varios de esos distinguidos profesionales hubieran conformado una cuadrilla de ciclistas que, con típica chispa bogotana, habrían llamado "Asilo de locos".... Suena plausible, ¿no? Pero como ya lo dije todo esto no son más que simples conjeturas. Quizá la pieza no es ni siquiera colombiana. Si alguien tiene mejor información, le agradecería que nos la contara.

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