miércoles, 13 de agosto de 2008

Reflexiones sobre mi pieza favorita

Por alguna razón, para mi siempre fue difícil atender la solicitud ocasional de clubes y grupos de coleccionistas, de escoger en mi colección la moneda, billete, ficha o medalla, que considere mi favorita. Ineludiblemente el ejercicio acababa siendo algo exasperante y terminaba echando mano de cualquier pieza de la que tuviera algo que decir.

No obstante, la última vez que lo hice tuve una revelación: en el proceso de revisar cajas y álbumes hallé muchas piezas que me traen algún tipo de recuerdo personal, otras, entre las que estaba usualmente la seleccionada, eran interesantes por razones históricas, anecdóticas o simplemente comerciales. Sin embargo, al verlas caí en la cuenta de que, aunque le tengo gran afecto a toda mi colección, en el transcurso del tiempo he tenido en realidad muchas favoritas, que dejaron de ser el centro de mi interés en cuanto llegó otra nueva y hermosa pieza a mi poder. ¡Eureka! Sin duda para algunos existe en su colección una favorita de todos los tiempos. Para mi ―y quizá también para otros coleccionistas―, la elusiva favorita de marras es simplemente la última pieza notable que conseguí, la que por el momento opaca a todas las demás. La que suele permanecer por unos días sobre la mesa de trabajo, disfrutándola antes de integrarla a la masa de la colección, donde cada día, inexorablemente, tendrá un poco menos de su fulgurante individualidad inicial...

No hay comentarios:

Publicar un comentario